El oficio de vivir

Empiezo el año releyendo algunos poemas de María Mercedes Carranza, para conjurar la belleza, el hogar, el sentido de propósito, la magia de lo familiar, de lo doméstico, del vivir —del buen vivir—.

Una poetisa (adoro esa palabra) que he apreciado más en mi edad adulta que en mi juventud, porque con las plumas y los libros también tenemos encuentros y desencuentros, distancias y acercamientos. A veces tenemos que crecer, vivir, tener experiencias encarnadas que nos permitan ser atravesadas por un poema, un fragmento, una frase, una palabra.

Para ustedes tres poemas:

El oficio de vivir

He aquí que llego a la vejez
y nadie ni nada
me ha podido decir
para qué sirvo.
Sume usted
oficios, vocaciones, misiones y predestinaciones:
la cosa no es conmigo.
No es que me aburra,
es que no sirvo para nada.
Ensayo profesiones,
que van desde cocinera, madre y poeta
hasta contabilista de estrellas.
De repente quisiera ser cebolla
para olvidar obligaciones
o árbol para cumplir con todas ellas.
Sin embargo lo más fácil
es que confiese la verdad.
Sirvo para oficios desuetos:
Espíritu Santo, dama de compañía, Estatua
de la libertad, Archipreste de Hita.
No sirvo para nada.

Patas arriba con la vida

Moriré mortal,
es decir habiendo pasado
por este mundo
sin romperlo ni mancharlo.
No inventé ningún vicio,
pero gocé de todas las virtudes:
arrendé mi alma
a la hipocresía: he traficado
con las palabras,
con los gestos, con el silencio;
cedí a la mentira:
he esperado la esperanza,
he amado el amor,
y hasta algún día pronuncié
la palabra Patria;
acepté el engaño:
he sido madre, ciudadana,
hija de familia, amiga,
compañera, amante.
Creí en la verdad:
dos y dos son cuatro,
María Mercedes debe nacer,
crecer, reproducirse y morir
y en esas estoy.
Soy un dechado del siglo XX.
Y cuando el miedo llega
me voy a ver televisión
para dialogar con mis mentiras.

Aquí entre nos

Un día escribiré mis memorias, ¿quién
que se irrespete no lo hace? Y
allí estará todo. Estará el esmalte
de las uñas revuelto
con Pavese y Pavese con las agujas y
una que otra cuenta de mercado. Donde
debieran estar los pensamientos
sublimes pintaré
tus labios a punto de decirme
buenos días todos los días. Donde
haya que anotar lo más importante
recordaré un almuerzo
cualquiera llegando al corazón
de una alcachofa, hoja a hoja.
Y de resto,
llenaré las páginas que me falten
con esa memoria que me espera entre cirios,
muchas flores y descanse en paz.

Gracias querida comunidad por su presencia y su cariño.

Deseo para ustedes un bello 2025, que en sus vidas haya amor, salud, armonía, sentido, aprendizajes y buenas lecturas: que los libros siempre estén presentes.

¿Con qué palabras escritas inician el año?

Comentarios

2 respuestas a «El oficio de vivir»

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.


  1. Avatar de lilo
    lilo
    1. Avatar de casalibros